La Garrapata en el Chuncerro, cuna del EZLN

Gaspar Morquecho / La Foja Coleta El 17 de noviembre de 1983, tres responsables de la dirección de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN). Germán,...

Gaspar Morquecho / La Foja Coleta

El 17 de noviembre de 1983, tres responsables de la dirección de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN). Germán, Rodrigo y Elisa y tres insurgentes indígenas hablantes del Chol, Javier, Jorge y Frank,
fundaron en la Selva Lacandona el segundo Núcleo Guerrillero
padre/madre del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
           Después de los
golpes policíaco-militares de 1974 (Monterrey, Nepantla y El
Chilar-Ocosingo), las FLN ocuparon 9 años para su recomposición y
establecer el segundo núcleo guerrillero en la Selva Lacandona, base y
origen del proceso organizativo, político y militar, del EZLN en
Chiapas. Habían sobrevivido a la “guerra sucia” y “apertura” política
del presidente Luis Echeverria (1970-1976) y dejaron pasar la “reforma
política” y la amnistía para los “delincuentes con motivaciones
sociales”, del presidente José López Portillo (1976 – 1982).

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            “ A partir de
1969, las FLN adoptaron una estructura organizativa en función de sus
enmarcados de diagnóstico y pronóstico sobre la realidad nacional, y
éstos tuvieron un carácter fijo y poco permeable a las condiciones del
entorno, lo que explica la persistencia de su proyecto después del golpe
devastador de 74 e incluso de la reforma política de 77. Asimismo, sus
marcos motivacionales se beneficiaron del triunfo de la revolución
sandinista de 79, que parecía la evidencia más tangible de que la
revolución no sólo era deseable sino también posible.”

           En 1976, el
contexto histórico estaba marcado por: Un profundo deterioro
institucional. La primera crisis económica en más de veinte años. La
ausencia de rivales políticos en la contienda presidencial. Una
importante capacidad operativa de las guerrillas El golpe a la libertad
de expresión del periódico Excélsior. La desarticulación de la
Tendencia Democrática del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas
de la República Mexicana (SUTERM). La existencia de regiones rurales
devastadas por la contrainsurgencia y el clima de terror en el que
vivían amplios sectores de la población. Resultado de la verdadera
política del Estado mexicano después de 1968 o… la otra cara de “la
apertura democrática que Luis Echeverría había anunciado al principiar
su mandato.”

           Sus convicciones
ideológico-políticas, la brutal represión de 1974 y el profundo respeto
a sus compañeros caídos, mantuvo a los militantes de las FLN leales a
sus objetivos que, en 1979 seguían siendo: “construir un ejército
popular, hacer una guerra de guerrillas e instaurar el socialismo en
México”.

            A
finales de la década de 1970 había varios grupos armados dispersos. En
las ciudades los únicos que contaban con una estructura real eran la
Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S), las FLN y la Unión del Pueblo
que, fusionada con los restos del Partido de los Pobres de Guerrero, en
1978 se constituyó en Partido Obrero Campesino Unión del Pueblo, PROCUP.
Organizaciones como el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), las
Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FRAP), las Fuerzas Armadas
de Liberación (FAL) y la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria
(ACNR) estaban en franca desbandada.

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           Los años de 1974
a 1980 fueron, quizás, los más complicados para las FLN y se
caracterizaron por los esfuerzos para resolver desde los problemas de
“infraestructura más básica, hasta los problemas internos como
deserciones, ajusticiamientos y escisiones. (…) por los intentos que
realizaron las FLN por regresar a Chiapas.

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(…) del invierno de 1974 al otoño de 1977 (…)
realizaron al menos dos expediciones con campamentos móviles , en las
que hubo una profunda inspección de las Cañadas, una intensa búsqueda de
los desaparecidos y de un lugar seguro para reinstalar el núcleo
guerrillero. Hasta ese momento, los dirigentes de las FLN mantenían el
interés en Chiapas por cuestiones de estrategia y táctica militar y
estaban escasamente compenetrados con las problemáticas regionales.”

Hacia la fundación del segundo Núcleo Guerrillero de las FLN en Chiapas 

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            En un marco de
disputas internas y escisiones, persecución y hostigamiento de las
fuerzas armadas federales, se realizaron al menos cuatro intentos para
retornar a Chiapas:

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            “El segundo intento por reinsertarse en la selva lo encabezó Alfredo a principios de 1977, acompañado de Leo, Ismael, Ana, Urbano y Mario. En un inhóspito lugar de las Cañadas, no revelado aún, hicieron los trabajos preparatorios para montar un campamento.”
            En 1978, “Se
hizo un nuevo balance de la situación nacional, se tomó la determinación
de formar un Buró Político y se conformó un nuevo grupo explorador,
dirigido por Leo, el cual hizo un tercer intento por regresar a
la selva en agosto de 1978, el cual también languideció a causa de una
deserción.”
            A comienzos de 1980 se iniciaron los preparativos para que Raúl, Ismael y Alicia se trasladaran a la Selva Lacandona. La trágica “muerte de Ismael – a manos de dos de sus ex compañeros -, frustraron los planes de fundar el Núcleo Guerrillero y la subida se pospuso indefinidamente”

           Dos años después se retomó la iniciativa y, “Desde 1982 la Dirección Nacional dispuso que los tres responsables nacionales, Raúl, Víctor y Alicia (que para entonces cambiaron sus pseudónimos por Germán, Rodrigo y Elisa), y tres insurgentes, Javier, Jorge y Frank
(que tenían cinco años viviendo en casas de seguridad y quizá eran los
cuadros mejor entrenados) fueran los que hicieran el viaje fundacional a
la selva. El trabajo de exploración previo sirvió para sondear la
conveniencia del lugar y el desempeño de los candidatos propuestos,
antes de mandar al núcleo permanente.

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            Los viajes
desde distintas casas de seguridad hacia Ocosingo se iniciaron el 10 de
noviembre y el periplo a la selva arrancó el día 15. Los pioneros se
internaron por la cañada de Patihuitz e hicieron un largo trayecto
nocturno, en un camión de redilas. Su primera parada fue a la altura de
la Sierra Livingstone y pernoctaron en las orillas del Río Jataté, cerca
del ejido La Sultana. El 16 iniciaron intensas caminatas con pesadas
cargas a cuestas (veinticinco kilos en promedio), bajo un camuflaje como
técnicos de PEMEX. Con la ayuda de tres guías choles de Tierra y
Libertad, que les llevaron caballos para transportar la carga, se
adentraron a la cañada de San Quintín. Caminaron hasta arribar a un
punto próximo a la laguna de Miramar, a la altura de Emiliano Zapata
(donde quizá alguien les dio de comer), se siguieron hacia las
inmediaciones de Tierra y Libertad, rumbo al este y escalaron la montaña
del Chuncerro. Después de tomar las medidas de seguridad y de
supervivencia que practicaban desde años atrás, sin ceremonia ni
protocolo de por medio, el 17 de noviembre quedó instalado el primer
campamento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, al que
denominaron La garrapata. Más tarde se movieron selva adentro, a
una distancia considerable, con dirección al Río Negro, y en sus
márgenes establecieron el campamento que probablemente se denominó La cójola.
Al parecer, permanecieron en la zona alrededor de seis meses, cambiando
de posición, pero en este lapso hubo dos elementos que “subían y
bajaban” a la ciudad para realizar labores de correo y abastecimiento y
llegaron otros indígenas y mestizos, que conformaron una base de siete
elementos. Tras la salida de Germán y Rodrigo, Elisa quedó al frente de la Comandancia del EZLN.”
Lo que siguió fue una intensa actividad política de
contacto e inserción y de “acumulación de fuerzas en silencio”. El
reclutamiento de cuadros indígenas y su formación político-militar se
dio principalmente en el territorio de la diócesis de San Cristóbal de
Las Casas. Población indígena que habían pasado por una diversidad de
procesos de formación política y organización bajo la dirección de la Iglesia de los pobres
con la Teología de la Liberación y/o de alguna organización
revolucionaria de corte marxista-leninista, trotskista, maoísta o
agrupaciones revolucionarias armadas de corte castro-guevaristas,
maoísta, vietnamita. Algunas de estas agrupaciones crearon importantes
organizaciones indígenas de masas como fueron: la Central Independiente
de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la Organización Campesina
Emiliano Zapata (OCEZ), la Pajal Yacaltic.
            Sin chocar con
estas agrupaciones indígenas y sin interrumpir la vida cotidiana de los
pueblos y comunidades, las FLN-EZLN construyeron una enorme base de
apoyo en la Lacandona, en Los Altos, Norte y Frontera de Chiapas. Los
pueblos fueron organizados militarmente para su defensa en el Ejercito
Mexicano de Milicias, y los insurgentes en las filas del EZLN.
El contexto actual y el EZLN 
            El contexto
histórico en el que se desarrolla la Autonomía de los pueblos zapatistas
del EZLN es claramente más complicado que en 1983 y se caracteriza:
estructuralmente, por la crisis económica y financiera mundial; el
proceso de desruralización que conlleva el quiebre de la llamada
economía campesina, la pobreza y la migración. Esta última,
particularmente, de la población joven.
            Militarmente lo
define el teatro de operaciones y los planes de guerra promovidos por
los Estados Unidos en la región de América Latina y el Caribe: Plan
Colombia, Iniciativa Mérida y Plan de Seguridad Centroamericana.
Particularmente, el Frente de Guerra en la Frontera Sur de México y la
militarización de Chiapas y del territorio zapatista en los últimos 17
años. Es probable la rehabilitación de grupos paramilitares.
            El poder
político está en manos de la derecha panista y se prevé que en 2012 lo
recupere la derecha priísta. La izquierda institucionalizada no es otra
cosa que la izquierda de la derecha. Se ha fortalecido la alianza: charro-gobierno-patrón
y la lucha sindical en el país está prácticamente neutralizada. El
Estado neoliberal desmantela y liquida empresas, y despide a miles de
trabajadores. Políticamente, podemos percibir un importante aislamiento,
el repliegue de bases de apoyo y el hostigamiento a los pueblos y
comunidades zapatistas de grupos indígenas no zapatistas y ex
zapatistas. De llegar al poder político la dupla Salinas-Peña Nieto en
2012, es de esperarse que Salinas traiga en el bolsillo una factura por
cobrar al EZLN por el levantamiento de 1994 que partió en dos el
proyecto neoliberal salinista.
            México vive una
emergencia nacional estructural y todo puede suceder. La táctica que
para el periodo diseñe el EZLN lo será todo para la sobrevivencia de la
Autonomía Zapatista en los próximos dos años.
*La información para este artículo fue obtenida de la estupenda tesis
de la joven historiadora Adela Cedillo par obtener el grado de Maestra
en Estudios Latinoamericanos, titulada como: El suspiro del silencio. De
la reconstrucción de las Fuerzas de Liberación Nacional a la fundación
del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (1974-1983). Programa de
Posgrado de Estudios Latinoamericanos. UNAM. 2010.
(En formato pdf.)

Ibid. p. 63
Ibid. p. 64
Ibid. p. 74
Ibid. p. 78
Ibid. p. 95
Ibid. p. 141
Ibid. p. 204

*MAPA p. 248