Nuevo Juan de Grijalva es el proyecto más querido del gobierno de Chiapas y promovida como la primera ciudad rural sustentable del mundo y la solución a la pobreza. Sin embargo, desde que se inauguró sus habitantes han denunciado que no hay empleo, que los proyectos sustentables no funcionan, que los precios de la luz son exorbitantes, que la clínica no funciona y que, en general, se vive una situación desesperada. La ciudad fue construida a partir de un supuesto accidente natural que destruyó casas y tierras al desbordarse el río Grijalva. El gobierno de Chiapas se comprometió a indemnizar a la gente por los daños sufridos a sus tierras y hogares, pero nunca lo hizo. Ahora se construye una gran obra a mando de la Comisión Federal de Electricidad, que afectará extensiones importantes de tierras. Nuevamente, el gobierno se comprometió a indemnizar a los ejidatarios por la destrucción de sus tierras, pero nunca lo hizo. Sin otra alternativa, los habitantes de Nuevo Juan de Grijalva hicieron una manifestación. En vez de cumplir sus promesas, la respuesta del gobierno de Chiapas fue la detención ilegal de los manifestantes, en un desplante de arbitrariedad e injusticia característica de las formas autoritarias y arrogantes del gobernador Juan Sabines Guerrero. Después de una larga lucha y la intervención de organizaciones de derechos humanos e inclusive de las Naciones Unidas, los presos fueron liberados. En visita de la Red de Medios Libres de Chiapas, hablamos con algunos de ellos, quienes nos contaron su experiencia.
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