Nos deben una vida libre de violencia
Reportaje
Ana Isabel Ramirez Guadarrama
8º B Comunicación Intercultural
Fotografías de Saskia M. Hernández Paniagua
“El feminicidio constituye la forma más extrema de violencia basada en el género, contra las mujeres, que termina con la vida de las mujeres. Como una forma de poder, dominación o control, explotación y subordinación”. Esto según el Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio.
“Le pido al gobernador que me ayude para que reabran este caso, que no sea uno más de todos los que han sucedido en San Cristóbal, que se ponga la mano en el corazón, porque me quitaron un pedazo de mi vida. No se vale que los asesinos estén sueltos”.
“Queremos que nos apoye la autoridad. Que el homicidio no quede impune y se castigue a los responsables. Creemos que la muerte no fue por casualidad”.
“Que el gobernador Juan Sabines Guerrero me reciba en audiencia para exponerle el caso. Tal vez él no sepa que la Fiscalía de Justicia está encubriendo al asesino y a los cómplices. Ana Laura era mi hija y con uñas y dientes la voy a defender”.
Estos son reclamos de los padres de Reina Martínez Ortega, Gabriela del Carmen Villafuerte Torres, y Ana Laura Suárez Gómez, jóvenes víctimas del feminicidio en los años 2002, 2005, y 2007 respectivamente, en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
A los reclamos de justicia se unen diferentes organizaciones de mujeres que salen a las calles para exigir alto a la violencia contra las mujeres, en entrevista con Norma Cacho, integrante de la marcha mundial de las mujeres (MMM) aseguró que los feminicidios en el país han aumentado así como el hostigamiento a las defensoras de derechos humanos.
Es por esto que el pasado 8 de marzo, en conjunto con otras organizaciones, se realizó un performance político en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en donde el tema central fueron los feminicidios.
“El objetivo era darles nombres a las muertas, porque no son sólo cifras, tenían una vida, y al gritar su nombre las poníamos de nuevo entre nosotras” afirmó la activista.
“Durante el último lustro se han reportado 1456 asesinatos de mujeres tan sólo en el estado de Chiapas, de los cuales el 86 % han quedado impunes, y solamente diez llegan a juicio, pero en la sentencia se favorece siempre al agresor”. Mencionó, en entrevista, Martha Figueroa Mier, abogada e integrante del grupo de mujeres de San Cristóbal (Colem). Estas cifras no tienen nada que ver con la información que existe en los expedientes penales, en esos expedientes la cifra disminuye.
El trabajo de las organizaciones de mujeres ha logrado recabar las cifras de los asesinatos de mujeres en el estado de Chiapas y en San Cristóbal, son ellas quienes investigan a través de notas periodísticas y los expedientes penales, debido a que no existen cifras oficiales confiables.
En San Cristóbal de las Casas, poco se ha hecho para frenar los asesinatos; los casos de Reina, Gabriela, y Ana Laura son solo algunos ejemplos por citar, en la ciudad no se habla no se dice lo que en realidad pasa, ellas fueron conocidas hasta después de su muerte.
Tenía 24 años de edad, madre de un menor de nombre Luis Daniel Martínez, quien para ese momento contaba con tres años de edad, era también estudiante de psicología en la Universidad Valle del Grijalva, y tenía la licenciatura en Educación Primaria .
La joven fue raptada por varios sujetos el 7 de octubre de 2002, esto sucedió al salir de la biblioteca del Carmen ubicada en el centro de la ciudad de San Cristóbal de las Casas. Los secuestradores iban en un taxi y en un Volkswagen, los hechos ocurrieron alrededor de las 21:00 hrs, a una cuadra de la presidencia municipal de dicha ciudad.
La víctima permaneció como desaparecida alrededor de 36 horas, el 9 de octubre su cuerpo fue localizado en el parque ecológico de Cuxtitali, ubicado al oriente de la ciudad.
Las investigaciones apuntaron que Reina había sido violada por varios sujetos y los más cruel fue que su cuerpo fue cercenado, algunos de sus órganos no aparecieron, de los responsables detuvieron a Carlos de Jesús Ruiz Villafuerte, pero salió en libertad al pagar 50 mil pesos de fianza.
Fue secuestrada el 7 de septiembre de 2005 por su novio, al salir de la Universidad de los Altos de Chiapas en donde estudiaba. En un principio Miguel Ángel García Zúñiga, el presunto responsable, intentó engañar a la familia de Gabriela al aparentar no saber nada.
Según el ministerio público, tres días después de su desaparición la joven fue encontrada incinerada, en la carretera que lleva al municipio de Tenejapa, cerca de la colonia Las Peras.
García Zúñiga ya había sido demandado por la madre de la víctima en 2004 y en el acta quedaría asentado que si algo le pasaba a Gabriela él sería el único responsable, fue detenido por los delitos de privación ilegal de la libertad y homicidio.
El 13 de enero de 2007 la joven salió de su domicilio ubicado el Barrio de Guadalupe, alrededor de las 6:00 pm, en compañía de dos amigos para ir al cine, nueve horas después no se volvió a saber más de ella.
Su madre en conjunto con vecinos y familiares la buscaron durante la madrugada, pero todo fue inútil, el presunto responsable de la desaparición de Ana Laura era Fernando de Arcia Mendoza, maestro de la víctima y funcionario de la Fiscalía de Justicia del Estado.
Durante la madrugada Olga Gómez, madre de la víctima pidió que se revisara la casa del maestro pero nadie le hizo caso, al estar levantando el acta de desaparición la señora Olga escuchó a dos agentes de la policía mencionar que habían encontrado un cuerpo.
Inmediatamente la señora Olga Gómez pidió ver el cuerpo, una corazonada le decía que era su hija, el cuerpo fue encontrado sin vida en el río amarillo, presentaba signos de violencia física y estaba semidesnudo.
El 10 de mayo de 1989 alrededor de 150 personas entre hombres y mujeres salieron a marchar por las calles de San Cristóbal de las Casas, para exigir alto a la violencia contra las mujeres, en aquel tiempo 10 mujeres habían sido víctimas de violación en el Barrio del Cerrillo, al parecer los agresores eran una banda que andaba en un auto.
Hoy en la zona Altos de Chiapas son asesinadas alrededor de 6 mujeres por día, sólo que no se habla, no hay cifras exactas o muchas veces se encubren diciendo “fue un asesinato pasional”, “los celos lo obligaron a matarla”, todo se infunde en un sinfín de justificaciones.
En una entrevista que CIMAC noticias le hizo a Martha Figueroa informó que; “En el 2004 fueron 12; para el 2005, 14; para el 2007, empezamos con Ana Laura y otra señora que mataron”.
Pero la realidad es que la impunidad es lo que impera en el estado de Chiapas, y en todo el país en cuanto a los feminicidios, nada se hace por frenar esta situación, al contrario podemos ver que se marca cada vez más la violencia institucional contra las mujeres, sobre todo cuando se habla de impartir justicia.
En Chiapas es más probable que la Fiscalía de Justicia resuelva el robo de un automóvil, a que se consigne alguien por el asesinato de una mujer.
Martha Figueroa, quien fuera defensora de Ana Laura Suárez Gómez mencionó. “Lo que pasó en el caso de Ana Laura y de muchas otras mujeres asesinadas en San Cristóbal, es que cómo buscar justicia si son las autoridades las responsables, materiales y directos de todos los asesinatos”.
Asimismo dijo: “Lo que está pasando en Chiapas, es lo mismo que ocurre en Ciudad Juárez pero a otros niveles, es decir y como ocurrió con Maricela Escobedo, aquí no han mandado matar a doña Olga, madre de Ana Laura, pero poco les falta”.
A más de cuatro años de que se estableciera “La ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia”, el Estado mexicano no ha aplicado debidamente la impartición de justicia, y a pesar de algunos avances en materia legislativa, se demuestra la ineficacia en la aplicación de la normatividad y de las políticas públicas.
Según el Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio (OCNF), “dentro de la información recabada se desconocen variables importantes para llevar a cabo una adecuada investigación en los casos de asesinatos de mujeres, como lo es que, en 841 casos 69% no se cuenta con información para establecer el motivo que desencadenó el asesinato de las niñas y mujeres y en 691 casos se desconoce la relación de la victima con el victimario”.
“La información proporcionada por las procuradurías en 18 estados de la República, quienes reportan un total de 1 728 homicidios dolosos de enero de 2009 a junio de 2010, de los cuales sólo 13 estados proporcionaron información suficiente para determinar que 1076 constituyen feminicidios; es preocupante señalar que de éstos, solo 40 casos han obtenido alguna sentencia desconociendo si ya son condenatorios”, según investigaciones del OCNF.
El OCNF logró documentar de enero a junio de 2009 los siguientes datos: son las mujeres de entre 21 a 30 años el más alto índice con un porcentaje del 23 % de homicidios dolosos en su contra, mientras que el estado de México es el que mayor índice de feminicidios presentó con un total de 89 asesinatos, la causa de muerte de las mujeres asesinadas con un 18 % se realizan con armas de fuego y punzocortante, los hallazgos de los cuerpos de las víctimas se localizan en lugares públicos que constituyen un 31 % y en otros casos la información es negada.
Es importante resaltar que los motivos de muerte no son totalmente aclarados ya que en un 18% de los casos la autoridad desconoce, mientras que el 73 % se niega la información, así mismo el porcentaje de los casos resueltos es muy bajo solo un 2 % han llegado a sentencia, y el 45 % la información es negada.
Debido a la ineficacia para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia, podemos decir que, es el Estado mexicano, y como sucedió en el estado de Chihuahua, el responsable por la violación a los derechos, la integridad y libertad personal por parte del Estado, y por la falta de justicia a las víctimas de feminicidios.
Hay que recordar que los asesinos de las mujeres no son seriales o enfermos mentales, son hombres comunes y corrientes, que un día se les ocurre simplemente asesinar a una mujer.
Los feminicidios son un claro ejemplo de la manifestación de un castigo para las víctimas, asimismo, es un mensaje a la sociedad, para decir que las mujeres pueden ser violadas, asesinadas y no hay quién imparta justicia.
Debemos recordar que las mujeres no son objetos, no pueden seguir siendo víctimas de todo un sistema, debemos exigir justicia, alto a los feminicidios, las mujeres merecen una vida libre de violencia. Porque son libres y nadie tiene el derecho de arrebatarles la vida.
FUENTES ELECTRÓNICAS CONSULTADAS
- Norma Cacho
- Martha Figueroa Mier (abogada)
BIBLIOGRAFIA:
- Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio
- “Una mirada al feminicidio en México”
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