El pasado 24 de Septiembre, mujeres que conforman el movimiento de mujeres en resistencia por una vida digna, realizaron un encuentro llamado «Juntemos las semillas y los frutos de las luchas de las mujeres». Este tuvo lugar San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Al término de este encuentro tres organizaciones integrantes del movimiento compartieron sus experiencias en una mesa de reflexión llamada: Resistencia por una vida digna (Lekil Kuxlejal).
Aquí compartimos los audios de las participaciones.
1.- Carmen Altuzar – Comité Ciudadano para la Defensa Popular (COCIDEP).
Organización que nace en San Cristóbal de Las Casas, el 26 de marzo de 1995, inspirado del levantamiento armado de 1994. En un principio la organización la conformaban 3,500 personas; su lucha había sido en contra de las altas tarifas en el servicio del agua potable, posteriormente se sumaron más demandas y deciden alzar su bandera de lucha por la defensa del interés popular. En su lucha han sufrido desalojos con gases lacrimógenos e incluso disparos de armas de fuego; les han cerrado los espacios gubernamentales en donde han expuesto sus inconformidades.
También, han habido diferentes estrategias por parte de los distintos gobiernos y niveles de gobierno de dividir a esta organización, algunas veces lo han conseguido. Pero esta organización ha sabido superar las dificultades.
2.- Dora Julieta – Brigada Feminista:
¿Que significa Resistir?
Primero debemos pensar en un poder que nos está aplastando de diversas maneras. Resistir es oponerse a ese poder. En una sociedad con relaciones de poder, las mujeres se enfrentan y resisten. Las relaciones de poder en la sociedad en donde prevalece la economía de las transnacionales, las comunidades indígenas de los Altos de Chiapas son receptoras de la violencia institucionalizada que a través de las “políticas públicas” se imponen. El poder neoliberal pretende destruir a las comunidades indígenas.
Las políticas o mecanismos de destrucción que el capitalismo implementa son: el despojo, la explotación, la represión y el desprecio (las 4 ruedas del capitalismo).
Las luchas por la tierra en Chiapas han favorecido históricamente sólo a los hombres, a pesar de la activa e incansable participación de las mujeres en esta lucha. Las mujeres continuaron siendo ciervas de las nuevas familias ejidatarias. Fueron excluidas incluso de las cooperativas y de las posibilidades de ser alfabetizadas. En los años 80s, con la expansión del mercado neoliberal se acrecentó la diferencia económica y la fragmentación política al interior de las comunidades.
El Estado en lugar de reconocer los derechos indígenas los resignifica y los convierte en ciudadanos electoreros. Las mujeres escogen otros caminos con luchas contra de la marginación y la discriminación, convirtiendo identidades pasivas en identidades transgresoras que pasan a la resistencia.
3.- Martha Godines. Sector de Mujeres Guatemala.
Necesitamos encontrar cuáles son los vínculos que nos van articulando, los que nos van dando las pautas para construir de forma colectiva. Lo principal es conocer cuáles son las luchas de nostras.
La resistencia que estamos intentando profundizar no necesariamente surgen a partir de que nos organizamos. Tenemos una historia milenaria como mujeres mesoamericanas.
Una de las cosas que hemos abarcado para hablar de las resistencias es la memoria histórica. Sobre todo la memoria histórica plasmada en el cuerpo de las mujeres. Una de las cosas que nos arroja esta memoria histórica es que somos producto de una colonización que para las mujeres ha trascendido en sus cuerpos.
La resistencia para nosotras ha significado reconocernos con cuerpos estropeados, con cuerpos invadidos y sobre todo con cuerpos con una necesidad de sanar y de contar qué es lo que está pasando en nuestros cuerpos.
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