Celebrar como forma de resistir. Actuar, cantar, bailar para rebelarse. 524 años después del comienzo del despojo que no cesó nunca, y que hoy se recrudece a través del saqueo de vidas, tierras y territorios, los pueblos originarios de México que integran el Congreso Nacional Indígena (CNI) se reunieron el miércoles 12 de octubre en el caracol de Oventik, acudiendo al llamado de los compañeros y compañeras zapatistas. El festejo tuvo lugar dentro de la celebración del V Congreso Nacional Indígena y los 20 años de su fundación y fue abierto, también, a adherentes de la Sexta Nacional e Internacional.
Poco antes del mediodía, y luego de entonar el himno nacional, el comandante David tomó la palabra para reafirmar que “ya no basta con denunciar lo que sufrimos los pueblos originarios” y que “la única esperanza que tenemos es la unidad y la organización, la resistencia y la rebeldía”. A continuación, Maribel Cervantes Cruz, en representación del CNI, agradeció a los compañeros y compañeras zapatistas por abrir sus puertas y destacó que “el CNI ha sido una escuela de lucha y de aprendizaje”. “Como CNI estamos tomando acuerdos con estrategias muy revolucionarias porque están revolucionando nuestras mentes y nuestros corazones”, sumó.
Finalmente, habló el Subcomandante insurgente Moisés, quien señaló hacia qué y hacia dónde hay que dirigir la tristeza de tanto despojo sufrido por los pueblos: “capitalismo se llama”. El Sup también instó a dejar “lo que no nos sirve, lo que no nos une” y a “echarle ganas porque ya no hay de otra, cuantas veces necesario sea”. Luego de estas palabras se cantó el himno zapatista y se dio lugar a las representaciones artísticas que llevaron los cinco caracoles.
Las y los zapatistas presentaron obras de teatro, poesía y bailables que habían mostrado en el festival CompArte por la humanidad, en julio pasado, aunque ahora para un público renovado: además de los y las integrantes del CNI y adherentes de la Sexta, estuvieron presentes padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa.
Minutos antes de las 4 de la tarde se invitó a todos los presentes a comer y a bailar con Los Originales de San Andrés para dar cierre al festejo… y continuación a la lucha.
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