Boletín de prensa No. 25
Aniversario XV de la Masacre de Acteal
El recorrido de la impunidad
Hoy, se cumplen 15 años de impunidad, 15 años de sobrevivir al olvido, 15 años de ejemplo de vida en un contexto de tanta muerte.
A 15 años de la Masacre de Acteal, ocurrida el 22 de diciembre de 1997, este Centro de Derechos Humanos reafirma que el Estado mexicano se empeña, no sólo en garantizar, sino en profundizar la situación de impunidad para proteger a los autores, materiales e intelectuales, de los agravios más profundos de nuestra Memoria Histórica.
Esta recurrente practica que atenta contra las personas más pobres, indígenas, mujeres, jóvenes, obreros, víctimas de la guerra, contra las y los que protestan y denuncian, contra las y los que construyen alternativas ante la violencia, ha forjado también testimonios de vida como el de La Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal (Las Abejas), con quienes el pasado 10 de diciembre celebramos 20 años de caminar en búsqueda de justicia y verdad para los pueblos originarios de México.
Hoy a 15 años del asesinato de 45 personas, más cuatro que aún no nacían, los agravios continúan replicándose en actos políticos encubiertos que buscan perpetuar la injusticia en contra de quienes se resisten a No Olvidar. Es uno de estos actos el reciente nombramiento de Emilio Chuayffet Chemor, Secretario de Educación Pública dentro del gabinete federal, que en diciembre de 1997 se desempeñaba como Secretario de Gobernación dentro del gobierno de Ernesto Zedillo Ponce de León. Por ello, consideramos inadmisible el nombramiento a un cargo público de ese nivel, para una persona involucrada en un crimen que agravia no sólo a un Pueblo sino a toda la humanidad.
Estos hechos, que fueron reportados desde los primeros minutos de la masacre, fueron conocidos por los responsables de la política interna en México y en Chiapas, y son ellos los mismos responsables que, por omisión, hoy siguen recibiendo la protección del Estado como ocurre con el expresidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León.
Los hechos ocurridos en Acteal, previos y posteriores a la masacre, nos revelan, además de la responsabilidad material e intelectual de sus ejecutores, que este crimen de lesa humanidad se da en el marco de la implementación de la estrategia contrainsurgente que entre sus objetivos persigue el control territorial para desarticular cualquier signo de descontento, protesta y respuesta al contexto de guerra, tal como ocurre hoy en distintas regiones de México.
El día de hoy, insistimos en recordar los agravios, que el gobierno mexicano se empeña en perpetuar, como cuando en el 2009 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió amparos promovidos por la defensa de los paramilitares favoreciendo primero a 29 personas involucradas; en el 2010 dio beneficio a otros 15 y este año, en el 2012, liberó a otros siete más. Si a ello sumamos que antes, desde 1998, un juez penal absolvió a seis personas y dos más que fueron liberadas por razones de humanidad, sumamos un total de 59 autores materiales de la masacre que hoy están libres, retornando a sus comunidades en donde las armas, como señalan Las Abejas, continúan en poder de los asesinos.
En resumen quedan sólo 27 personas presas condenadas a 26 años de prisión, lo cual refleja la nula voluntad por parte del Estado mexicano de esclarecer los hechos, su empeño en seguir ocultando lo que pasó y negando una y otra vez justicia y verdad para las familias tsotsiles que perdieron a sus familiares y a las y los sobrevivientes de la masacre.
Y es uno de los sobrevivientes de la masacre el que hoy traemos a la Memoria, Manuel Vázquez Luna, “Manuelito”, sobreviviente de la Masacre de Acteal, muerto el pasado 10 de noviembre de 2012, después de padecer durante 15 años, las consecuencias del impacto de la masacre, donde perdiera a sus padres, hermanos y hermanas.
Una vez más celebramos y afirmamos seguir acompañando este camino largo y digno de Las Abejas que, a pesar de las amenazas, hostigamiento, intentos de cooptación mantienen hoy firme su apuesta por hacer posible y real condiciones de justicia, autonomía y libertad.
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