Balance y proyecciones.
(Wladimir Bolton, Chile1)
Para nadie que estuviera un poco inmiscuido en las dinámicas de la política universitaria y en la política más global le parecería extraño visualizar un año 2011 como el que vivimos. Cabe recordar la agenda Privatizadora que se quiso impulsar el 2010 sin mayores resultados, pero este año venían con todos.
Todo comenzó con marchas que rozaban en Valparaíso las 10 mil personas, la mayoría estudiantes universitarios y secundarios, el movimiento comenzaba a mostrar su fuerza, horas y horas asambleas interminables y la expectación que traía esperar la información de los CONFECH2, para ver en que íbamos, como avanzábamos y ansiosos tras las vísperas del mensaje del 21 de mayo.
Paralelo a este inicio, estallaba en sus puntos más álgidos las movilizaciones en contra del proyecto más invasivo en el sur de nuestro país, hablamos de Hidroaysen3, grandes marchas, mayores y amplias en convocatoria en comparación a las estudiantiles, se apoderaban de las tardes en las más importantes ciudades. Junto a este acto de reproche a las medidas que se estaban tomando, vuelve la represión, dejando en horarios peck diversas comunas intransitables por el olor a los gases lacrimógenas o el caos imperante en la ciudad.
Días antes del 21 de mayo el Ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter, da a conocer la medida que prohíbe usar gases en las marchas, pero no obstante en la previa a la gran manifestación en Valparaíso… “Hoy día puedo informar que efectuados los estudios comprometidos, los gases lacrimógenos utilizados por carabineros en las concentraciones, no tienen efectos abortivos, ni causan problemas para la salud”. El tiempo diría que parte de esta cuña era absolutamente falsa ya que el supuesto informe que salió tras los estudios, serían plagios de informes anteriores. Ese día la represión en Valparaíso mostraba su poderío, que cada vez se fue superando.
Luego de esta negativa por parte del ejecutivo, los estudiantes de todo Chile dieron paso a la radicalización de la movilización. Comenzaron las tomas de universidades y liceos, espacios que se transformaron, muchos, en lugares abiertos de discusión, de respeto y fraternidad, donde el compañerismo se llevo al máximo. Los espacios de debate crecieron, la agilidad de los procesos aumento, ya no solo se peleaba por la defensa de lo poco y nada de educación Pública que nos va quedando, si no que se alza a nivel nacional: la necesidad de una Educación Pública, gratuita, democrática, accesible a las mayorías, de excelencia y que tenga un sentido ligado en su totalidad a las necesidades sociales de nuestro país.
La imaginación y las ganas puestas en cada manifestación daban a conocer una movilización única e histórica en nuestra patria, que cada día convocaba a más y más gente: niños y niñas, abuelos y abuelas, madres, padres, etc. eran parte de innumerables marchas multitudinarias, cada una era reprimida más cruelmente, quedando como una de las fechas insigne el 4 de agosto, mismo día que dado la represión, la CONFECH hace un llamado a “cacerolear”4en contra de la represión y a su vez le da un ultimátum de 6 días al gobierno.
Como era de esperar empezaron a resaltar ciertos rostros de la dirigencia de los diversos estamentos, por los estudiantes Camila Vallejo, Giorgio Jackson y Francisco Figueroa hacían de las suyas en cuanto noticiero los invitaran, por el lado del gremio de los profesores Jaime Gajardo se prendía en llama para defender la movilización vez que podía, pagando costos incalculables. Cada semana en Tolerancia Cero la temática central siempre fue la educación, pasaron ministros, dirigentes, especialistas y, porque no decirlo también uno que otro payaso. Pero así como estaban los “buenos” también existían los malos: Lavín, Labbe, Bulnes, Zalaquet5t, entre otros, que estaban dispuestos a asumir todo el peso de la historia por mantener y profundizar el modelo imperante, el libre mercado, el que avala el lucro desde la cuna hasta los pos grados, el excluyente… en fin, en el que muchos vivimos.
La movilización llegó a su punto más alto, cuando se logró conectar con el mundo social, la gente que no está en las universidades, los sectores productivos. Recordados por todos será el paro de la CUT del 24 y el 25 de agosto, donde se pedía que Chile cambiará. De ahí en adelante el movimiento se logra sintonizar con la sociedad y logra ser empático, teniendo gran aprobación en conocidas encuestas.
Y así el movimiento siguió dejando atrás dos ministros, Lavín y Bulnes, dando paso a Beyer, que según varias fuentes, sería un estadista que basa sus argumentos en gráficos y tablas, mientras nosotros nos manteníamos en un debate profundamente político, nos ponen a una persona que es por sobre todo un tecnócrata evidencialista, pragmático y neoliberal por donde se le mire.
Si bien los avances en nuestras demandas han sido netamente económicas, es importante que nos hagamos cargo responsablemente de la gran aprobación que tienen nuestras demandas políticas. Y es en este sentido importante establecer los lazos con la ciudadanía, con este tejido social, que cada día va madurando, pero no podemos entendernos distantes a la ciudadanía por ser estudiantes, si no al contrario entender que nuestro rol dentro de la sociedad es sumamente importante, debemos generar espacios de participación, darle una relevancia perdida a las “juntas de vecinos”, de este modo poder capitalizar lo que hemos ganado durante todo este año de movilización: al pueblo, que ha vuelto a confiar, que ha despertado y ha entendido que cosas como el lucro, la inequidad social, entre otras tantas barbaridades que pasan en nuestro país, son modificables, y que si bien existe una institucionalidad esta le ha quedado chica a estos nuevos ciudadanos, críticos por sobre todo, que quieren y exigen a gritos: UNA NUEVA CONSTITUCIÓN6. En este sentido que iniciativas como el Plebiscito nacional por la educación, no es más que una clase al aire libre sobre Educación Cívica, que dicho sea de paso la derecha se negó y vetó el proyecto que quería volver a impartir esta cátedra.
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Reforma de Cordoba, 1918.
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Este 2012 debemos entender la relevancia histórica de nuestras demandas, que son las mismas que esgrimieron los compañeros en Argentina en 1918, o en Uruguay 1958, entre otras tantas reformas universitarias. Entender que estas demandas no son de ahora y que no se acabarán mañana, comprender que son demandas SOCIALES y en ese sentido es que no nos pertenecen como estamento estudiantil autónomo; es el sentir del pueblo, aquel que no está hoy en las universidades pseudo-estatales, sino que debe estudiar en las Universidades Privadas, donde se endeudan con la banca privada, es por ellos y ellas, los y las rezagadas que debemos seguir aportando en esta lucha, es también por los y las compañeras secundarias, que hasta el día de hoy no reciben respuesta a sus legitimas demandas, es por ellos y ellas y por todos y todas que han entendido que esta lucha es justa y solidaria.
Recordar que este año más de un millón de personas se movilizaron por una nueva educación, que esté al servicio de la sociedad y no de intereses mercantiles, ese millón, se debe transformar multiplicar infinitamente, a través de la organización, a través de la fraternidad, a través del profundo amor que tenemos muchos por el sentimiento de dignidad, equidad y justicia.
Necesitamos un nuevo Chile, que sea capaz de satisfacer las demandas sociales, de respetar la organización y que logre vivir en sintonía con su entorno, difícil tarea, pero manos sobran!
2 CONFECH: Confederación de Estudiantes de Chile. Agrupa a los estudiantes de las universidades chilenas, organizados en federaciones democráticamente electas
3 Proyecto Hidroeléctrico que involucra una serie de represas en el Sur de Chile, donde la biodiversidad mantiene flora y fauna nativa, además de flujos de agua de reserva mundial.
4 El “caceroleo” es una manifestación muy utilizada durante las protestas en contra de Pinochet en los años 80, y que hoy al fragor de las manifestaciones estudiantiles surgen; y consiste en golpear una olla o artefacto similar.
5 Ministros y autoridades de la administración de la actual presidencia de la república.
6 La actual Constitución de Chile, fue impuesta durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, y rige desde 1980.
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