20, 21 y 22 de diciembre – 2010, en la conmemoración del 13 aniversario de la masacre de Acteal.
Carretera abajo desde San Cristóbal de las Casas, casi dos horas de andar nos separan de nuestro destino. Al llegar, un cartel de tela pende que sobre la ruta adelantito de la Columna de la Infamia anuncia “13 años guardando memoria y esperanza”. La convocatoria a estos 3 días de actividades por la conmemoración de este nuevo aniversario también nos recuerda que en la cosmovisión maya el 13 significa la unión del cielo con la tierra. Son 13 los niveles para subir al cielo. Y con 13 velas oran los ancianos.
Un 20 de diciembre pero hace 13 años atrás, la comunidad comenzaba un ayuno que pedía por la restitución de la paz y el fin del hostigamiento de los paramilitares. Dos días después ocurre la masacre en la que 45 mujeres, hombres y niños y 4 no natos pierden la vida en mano de esas mismas armas paramilitares. Desde entonces, en este lugar sagrado se ofrece la sangre derramada. Como cada año, el encuentro es contra el olvido, por la Justicia y la Verdad.
La actividad inaugural de este encuentro fue un Festival que celebra y visibiliza que los pueblos organizados no buscan “desestabilizar al gobierno” como gustan decir los medios de comunicación masivos, sino reescribir su propia historia de una manera creativa. Esa historia que fueron obligados a callar durante siglos.
Las actividades a los largo de estos tres días quisieron (re)crear en cada uno de nosotros una forma de vida que está en nuestro conocimiento, en nuestros corazones.
La festividad del primer día fue seguida por el Encuentro Tejiendo Resistencias y Autonomías frente a la Contrainsurgencia y la Dependencia. Acompañaron otros pueblos organizados de Chiapas y compañeros y compañeras de Atenco, entre más. Y es que en Acteal se vive lo que en otros sitios muchas veces se sueña: compartir experiencias para sentir que no estamos solos, que entrelazamos y construimos juntos la autonomía de nuestros pueblos.








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