Pero de repente sube alguien distinto a la tribuna, y sin ser más que nadie, precisamente por ser como los demás, es distinto en la tribuna.
Y habla:
Porque aún es posible escuchar palabras honestas y verdaderas desde la tribuna, por ello debemos seguir luchando para que en la calle, en el trabajo, en nuestro hogar no sólamente perduren las palabras que desde el corazón hablan y escuchan, sino que las acciones cotidianas las acompañen.
KMN
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