El eje mediante el cual se construye la democracia de los de arriba es la opinión pública, el consenso que logra mantener el “estado normal de las cosas”, el que nos mantengamos pensando que aunque pase de todo, finalmente “no pasa nada”. Esto se logra mediante la manipulación de la información y por lo tanto de la forma en que percibimos la realidad.
En esta ocasión queremos presentar un claro ejemplo de este proceso. Una visita entre fanfarrias intenta borrar el peso de quienes protegen su tierra y buscan con eso salvar la Tierra. La parafernalia del poder busca hacer de las suyas al apropiar conceptos, grupos y luchas pa volverlas a meter en el huacal. Hacer parecer que quienes levantan la bandera de la dignidad son “convocantes de la violencia”. Sabemos bien que el poder necesita apuntarnos a sus enemigos y hacernos sentir que son también enemigos nuestros.
El mecanismo que nos queda para romper con este aparentemente “inevitable” proceso que nos mantiene oprimidos es la criticidad. Suspicacia y perspicacia constantes. Desmembrar lo aparente y conocer lo que hay detrás. Preguntarnos si las cosas que vienen desde arriba son realmente inevitables. Si existen otras formas de construir la sociedad.
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